viernes, 31 de agosto de 2007

Hijo de Arellano vuelve a México indefinidamente para apoyar a su madre


México, 31 ago (EFE).- El hijo de la activista mexicana Elvira Arellano llegó hoy a México para quedarse por tiempo indefinido en este país y dar fuerzas a su madre en la lucha que encabeza por los derechos de los inmigrantes en Estados Unidos, de donde la mujer fue deportada hace casi dos semanas.

El chico, que es ciudadano estadounidense porque nació allí, venía en un principio a pasar sólo el fin de semana, pero sorprendió a su madre al mostrarle que posee pasaporte mexicano.

Esto hace posible que el pequeño de ocho años, que arribó acompañado de un sacerdote y una mujer que cuidan de él en Estados Unidos, se quede "hasta que él quiera" en México, explicó Arellano en una rueda de prensa en el aeropuerto de capital.

"En esta lucha él era quien me mantenía en pie para seguir luchando, si yo quiero seguir luchando desde aquí lo necesito conmigo", afirmó emocionada.

"Por el momento Saulito va a quedarse aquí en México conmigo, pero podrá regresar a Estados Unidos siempre que quiera", añadió.

Arellano señaló que su caso representa el de cualquier otro mexicano indocumentado en Estados Unidos y de otros inmigrantes de Centroamérica en México, y aseguró que desea seguir luchando por la legalización.

Anunció que en octubre encabezará una gira por Centroamérica para hablar de la situación de los inmigrantes en otros países.

Al parecer, Saúl tenía miedo de venir a México por si no le permitían regresar a Estados Unidos, donde además quería continuar la lucha para que su madre volviera a dicho país con él, pero Arellano le tranquilizó al respecto y le arrancó una sonrisa al entregarle a su perra de un año, Daisy.

La activista explicó que sus planes con Saúl en México son que conozca a su familia mexicana y estar juntos.

Los primos del niño -explicó- le han organizado una fiesta de bienvenida para "que sea feliz" en su nuevo país y ella ya le está buscando escuela en su pueblo de Michoacán "donde va a aprender mejor español".

El pequeño, que de entrada no quiso hablar a los medios de comunicación, reconoció luego que estaba contento por ver a su madre, a la que había extrañado "un poquito", aunque aún "no sabe" si se quiere quedar en México.

La activista, que fue deportada por Washington hace doce días, se hizo célebre en Estados Unidos tras vivir más de un año en el interior de una iglesia de Chicago, lo que la convirtió en un símbolo de la lucha para modificar las leyes de inmigración de la nación norteamericana.

La lucha en Estados Unidos por la legalización de los inmigrantes indocumentados no termina con su deportación, porque "nuestra gente va a cobrar antes su voto, no después, ni van a esperar promesas" para beneficio de la legalización, dijo.

En opinión de la mexicana para los candidatos a la presidencia de Estados Unidos en las elecciones del año próximo el tema de la inmigración "es algo radiactivo", que no quieren tocar, pero no van a tener más remedio que hacerlo.

"Quieren el voto latino, entonces van a tener que aprobar una legalización", aseguró.

Mantuvo su esperanza de poder regresar a Estados Unidos como embajadora de paz, justicia y esperanza de México, y al ser preguntada por qué ella sí y otros inmigrantes no, contestó: "porque no lucharon, yo he luchado sin importar las consecuencias".

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