viernes, 13 de julio de 2007

El mexicano herido muy grave en encierro de ayer reconoce que "parecía más fácil" correr


Pamplona, 13 jul (EFE).- El joven mexicano Rafael Estrada Ávila, de 23 años y que ayer resultó corneado con pronóstico muy grave en el sexto encierro de los Sanfermines, consideró hoy que la "mala suerte" influyó en su percance, aunque también reconoció que desde fuera "parece más fácil de lo que es" participar en la carrera.

En declaraciones a EFE desde la habitación del Hospital de Navarra, donde se recupera de sendas cornadas propinadas en el abdomen y en un muslo por el toro de nombre "Universal" de la ganadería del Marqués de Domecq, Estrada señaló que ésta era la primera vez que visitaba Pamplona, aunque no España, y que desde que partió de México tenía decidido participar en el encierro de los Sanfermines.

Acompañado de su hermana Wendy, que reside en Barcelona, el joven mexicano, de San Luis de Potosí, recordó que se había acercado a disfrutar de las fiestas porque "tengo varios amigos en Pamplona, pero corrí yo solo, ellos no quisieron correr. Yo fui el único animado y así me fue", lamentó con humor.

Sobre su grave cogida, en la calle Estafeta, recordó que "yo iba corriendo y me hice a un lado para que pasara uno de los toros, pero enseguida de ése venía otro. Cuando lo vi me traté de refugiar en una puerta, con otra persona. Éramos dos pero el toro me escogió a mí".

En ese sentido, aseguró que antes de participar en el encierro de Pamplona se había informado del comportamiento que debía guardar, de forma que "me habían dicho que, cuando los toros se acercaran a una distancia, me hiciera a un lado para que continuaran la carrera, y que mientras fueran en manada no se separaban. Pero tuve mala suerte y éste sí se separó de la manada".

Acerca del momento exacto de las cornadas, aseguró que era "consciente" de que le estaba cogiendo, "y de hecho lo primero que hice fue agarrar al toro de los cuernos porque, si no me defendía de alguna manera, iba a ser peor".

En todo caso, señaló que "no me dolía en ese momento, estaba caliente, y con la adrelina y todo eso no sentí dolor", aunque "ahorita sí que estoy un poco dolorido, pero la verdad es que me ha ido muy bien", reconoció sobre unas consecuencias que podían haber sido aún peores.

Tras la cogida, recordó que "me puse en pie, me hice a un lado y llegaron las asistencias", de forma que lo trasladaron al hospital, donde fue intervenido quirúrgicamente, y donde permanecerá ingresado alrededor de una semana, aunque posteriormente tiene previsto recuperarse unos días más en España para viajar después a México.

Allí, sus amigos conocían su intención de correr en el encierro de Pamplona porque antes de partir hacia España él mismo se lo había comentado, de forma que "trataron de desalentarme pero no me dejé".

Aseguró que en su país natal "se conoce el encierro de Pamplona. De hecho hay una versión mexicana en un pueblito que se llama San Miguel de Allende, y ahí había corrido alguna vez, pero no es lo mismo, porque en Pamplona los toros pesan el triple".

En todo caso, y vista la experiencia, auguró que "no creo que vuelva a correr un encierro en Pamplona", si bien advirtió de que "tampoco me ha quedado el susto de no poder volver a hacerlo nunca, aunque ahorita no está en mis planes", reiteró.

Por ello, aconsejó a quien vaya a correr el encierro en Pamplona "meterse, pero sabiendo cómo. El problema es que a muchos de nosotros, siendo extranjeros, nos parece fácil, pero yo ya me he dado cuenta de que no lo es tanto. Además, en mi caso fue mala suerte porque el resto de los días no pasó nada tan grave".

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